
Contratación directa: Qué es y cuándo le interesa a la empresa
En el entorno corporativo actual, la gestión del talento define la competitividad de una organización. Cuando surge una vacante, la dirección se enfrenta a una decisión crítica que impacta tanto en el presupuesto como en la cultura: ¿Gestionamos el proceso internamente o delegamos en terceros?
La contratación directa se presenta como la vía lógica para quienes buscan control total y eficiencia de costes. Sin embargo, no es solo un trámite administrativo; es una estrategia que requiere madurez operativa.
¿Qué es la contratación directa?
La contratación directa es el proceso de reclutamiento y selección en el que la empresa empleadora gestiona la totalidad de las fases sin la intervención de intermediarios comisionistas.
Esto significa que la organización asume el rol activo en:
- Redacción de la oferta
- Difusión en portales
- Criba curricular
- Entrevistas (telefónicas y presenciales)
- Negociación salarial
- Formalización legal del contrato.
No participan Empresas de Trabajo Temporal (ETT), ni headhunters, ni consultoras de selección que actúen como filtro previo.
La relación que se establece es pure-play, desde el primer “hola” hasta la firma del contrato, el candidato interactúa exclusivamente con representantes de la marca.
Esto elimina el efecto “teléfono escacharrado” habitual en procesos externalizados y permite una transparencia total sobre las condiciones y expectativas del puesto.
Cuándo elegir la contratación directa y cuándo buscar otras opciones
No existe una solución única para todas las vacantes. El éxito radica en saber analizar el contexto y determinar si la contratación directa aplica en ese caso realmente, basándonos en variables de coste, tiempo y especialización.
Es la estrategia ideal cuando se cumplen los siguientes puntos:
- Se busca fidelidad y ajuste cultural: Si la posición es estratégica y a largo plazo, no hay mejor equipo de selección que el de la propia empresa. La gestión interna asegura que el candidato respire los valores de la empresa desde el minuto uno.
- Presupuesto limitado: Las agencias suelen cobrar un porcentaje del salario bruto anual (15-25%). Para pymes en sus primeras fases, este coste es inasumible.
- Posiciones generalistas o de alta rotación: Para perfiles administrativos o de ventas con una oferta de candidatos abundante en el mercado, el proceso es relativamente sencillo de gestionar internamente sin requerir técnicas de búsqueda complejas.
Es mejor buscar opciones externas cuando se busca:
- Confidencialidad extrema: Si buscas reemplazar a un directivo en activo o lanzar una división estratégica sin alertar a competidores.
- Urgencia crítica: Si una vacante vacía está costando dinero cada día, la velocidad de una agencia con base de datos lista supera a la capacidad de reacción interna.
- Perfiles muy técnicos o específicos: En estos roles la búsqueda de empleo no es activa, por lo que el equipo interno puede carecer de las herramientas o redes de contactos necesarios para poder llegar a ellos.
Ventajas de la contratación directa para la empresa
Internalizar el reclutamiento no es solo una medida de ahorro; es una inversión en la identidad corporativa. La contratación directa con la empresa ofrece beneficios cualitativos que transforman la relación empleado-empleador.
- Control sobre el employer branding: La empresa gestiona directamente cómo se comunica, cómo se entrevista y qué experiencia vive la persona candidata.
- Mejor encaje cultural y alineamiento con la estrategia: El equipo interno conoce de primera mano la cultura, los valores y las necesidades del negocio, por lo que puede evaluar mejor si la persona encaja.
- Aprendizaje continuo: Cada proceso genera información útil; canales que funcionan mejor, mensajes que atraen a más talento, pruebas que discriminan mejor el desempeño. Ese aprendizaje se queda en la compañía.
- Reducción de dependencias externas: Aunque seguir colaborando con partners especializados tenga sentido, la empresa no queda “atrapada” si un proveedor deja de prestar servicio o cambia sus condiciones.
Para que estas ventajas se materialicen es necesario dotar al área de recursos humanos de recursos suficientes: herramientas, tiempo, formación y apoyo de la dirección.
Riesgos de depender solo de contratación directa
Aun teniendo muchas ventajas, concentrar toda la estrategia de incorporación de talento en la contratación directa también implica riesgos:
- Sobrecarga del equipo interno: Si el volumen de procesos aumenta y no se refuerza el área, los plazos se alargan y la experiencia de candidato se resiente.
- Falta de especialización en ciertos perfiles: No siempre se cuenta con experiencia para buscar y evaluar perfiles muy técnicos o muy escasos en el mercado.
- Dificultad para gestionar picos de contratación: En proyectos que exigen incorporar a muchas personas en poco tiempo, apoyarse únicamente en recursos internos puede convertirse en un cuello de botella.
Por eso, más que oponer modelos, muchas compañías combinan la contratación directa con colaboración externa estratégica, reservando los procesos clave para gestión propia y apoyándose en expertos cuando tiene sentido.
Cómo implantar un proceso de contratación directa paso a paso
Si la empresa ha decidido apostar por la contratación directa como vía principal de incorporación de talento, es importante construir un proceso estructurado y repetible. Estos pasos pueden servirte de guía:
- Definir la estrategia de talento: Clarifica qué perfiles son críticos para el negocio, qué competencias se necesitan y qué propuesta de valor se ofrece al mercado laboral.
- Diseñar el flujo de reclutamiento y selección: Desde la solicitud de la vacante hasta la firma del contrato: quién participa, qué decisiones se toman en cada fase y qué plazos son razonables.
- Elegir herramientas y canales: Portales de empleo, redes sociales profesionales, base de datos propia y programas de referenciados internos pueden combinarse según el tipo de perfil.
- Estandarizar criterios de evaluación: Definir competencias clave, preguntas guía para entrevistas, pruebas técnicas y criterios objetivos de decisión ayuda a reducir sesgos.
- Cuidar la comunicación con el candidato: Informar de plazos, dar feedback y mantener una comunicación clara durante todo el proceso refuerza la imagen de la empresa.
- Medir y mejorar continuamente: Plazos de cobertura, calidad de las incorporaciones, rotación en el periodo de prueba o satisfacción de los responsables de área muestran si el proceso funciona o necesita ajustes.
Cuando la contratación directa está bien integrada en la estrategia de recursos humanos, deja de ser un conjunto de procesos aislados y se convierte en una palanca real para atraer y retener el talento que la organización necesita para crecer.
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